Vitamina C, aliada de la piel
La piel siempre requiere un extra de luminosidad. La vitamina C se ha convertido en uno de los activos imprescindibles en el neceser de belleza, para -precisamente- tener una piel luminosa.
Es por eso que esta vitamina es la mejor aliada para devolver la luz a la piel, combatir los radicales libres y unificar el tono, cuando se quiere llevar a cabo una perfecta rutina antioxidante.
La vitamina C tiene un triple efecto. Por un lado es antioxidante, pero también es un antiarrugas y un unificador del tono. El poder antioxidante de este activo combate el daño y el envejecimiento prematuro por exposición al sol, contaminación o estrés.
Gracias a su efecto antiarrugas, incrementa la síntesis de colágeno y elastina para lograr una piel más firma y elástica. Y, por último, su uso continuado unifica el tono y devuelve a la piel su vitalidad y luz.
A ese micronutriente se lo encuentra en cremas, ampollas, pero sobre todo en frutas y vegetales. Aunque no lo crea, la col rizada y el brócoli contienen mucho de esa vitamina. Y claro, luego está la guayaba, el mango y los críticos.
La recomendación de los expertos es la de consumir entre 65 y 90 miligramos al día. En 100 gramos de ese naranja, por ejemplo, hay cerca de 65 miligramos de esa vitamina. La gente puede darse cuenta de la carencia de esta vitamina cuando le sangran las encías, pero según María Lourdes Linzán, nutricionista, son muy pocas las personas que registran ese problema. Ese sangrad es producto de una enfermedad llamada escorbuto.
