Las uñas acrílicas no deben usarse siempre
Las uñas frágiles y quebradizas son frecuentes entre quienes usan esmaltes semipermanentes, uñas acrílicas y uñas en gel. Estos procedimientos son muy agresivos, por lo que no deben ser frecuentes.
Para colocar uñas de gel y acrílicas, se debe limar la uña con el fin de que se pegue la extensión. También se usa luz UV para acelerar el proceso de secado.
La primera acción desgasta mecánicamente la uña, mientras que la otra la debilita y genera un cúmulo de radiación que podría provocar cáncer de piel. Así lo explica la dermatóloga Karla Hidalgo.
Durante la manicura, también se realizan otras acciones que podrían ser dañinas y dolorosas, como cortar la cutícula. Lo recomendable, dice la especialista, es bajarla suavemente después de la ducha o del lavado de manos.
Al quitar las uñas falsas, las naturales vuelven a sufrir. Primero se usan disolventes que resecan e irritan la piel que está alrededor. Después, se lima para facilitar la remoción de la pieza. Al retirar la uña acrílica o en gel se puede también remover las capas superficiales de la uña.
Hidalgo recomienda no adquirir estos servicios de forma frecuente, pues le causarán mucho daño a la uña. Además, provocarán dependencia, pues si la uña está delgada, usar uñas acrílicas da una sensación de protección.
La dermatóloga también aconseja pedir que el limado sea leve y que no se retiren las cutículas o que el corte no sea tan al ras.
Consejos
Recuperación. La uña sana se recambia en seis meses. Mientras el crecimiento avanza, se debe acompañar el proceso de recuperación con esmaltes con calcio, pues le dan resistencia a la uña.
Cutículas. Si están muy lastimadas, acudir a un especialista. Existen cremas dermatológicas destinadas a su mejoramiento.
En casa. Para rehidratar la piel alrededor de uñas y cutículas, se puede cubrir las manos con crema y vaselina y envolverlas por una hora en plástico.
