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Ocio&Fiesta
27 de septiembre de 2019 12:57

Relatos tenebrosos cerca del Machángara

Personas que destellan las luces de sus teléfonos inteligentes durante un mitin en el Edinburgh Place en Hong Kong el 27 de septiembre de 2019, para protestar por las denuncias de brutalidad policial realizadas por activistas por la democracia que se enco

Un recorrido para hablar de espectros y fantasmas a orillas del río Machángara. La actividad tendrá lugar mañana.

Redacción Ocio&Fiesta

Aparecidos, maldiciones, fantasmas, almas en pena, duendes y otros seres misteriosos saldrán este sábado 28 de septiembre del 2019 al filo del río Machángara. Conocerá a los personajes alrededor de una fogata, acompañados por los miembros de la Cofradía de los Duendes.

El escenario será la fábrica abandonada Martinod, muy cerca del río quiteño. Las reservas se pueden hacer al 099 883 2239.

Como recuerda Rina Artieda, parte de la Cofradía, la oralidad es mucho más antigua que la palabra simbólica, y más aún que la escrita. Y el sábado, desde las 17:00, a través de esos relatos, entrarán en materia de brujas y aparecidos. “Todos ellos preocupados por restituir y garantizar una rectitud moral que hoy, más que en tiempos pretéritos, se ha venido muy a menos”.

Para Artieda, es necesario retornar a la práctica de la oralidad para aprender, “unirnos en conversación, para mirarnos al rostro, para sentarnos juntos, para ser y estar entre en la calidez de la convivencia humana”. Y más si es en un sector de la ciudad “habitado” más por los fantasmas de los siglos que por los ocupantes carnales.

Esta ciudad es generosa en ello, en el mismo Machángara hay un fantasma en el espacio de un molino desaparecido. Hay historias de espíritus tacaños que en lugar de compartir su fortuna la han dejado tapiada o enterrada. Por ahí hay espectros que deambulan en persecución de los impíos, los borrachos y parranderos, de los sacrílegos y de los transgresores.

El combo incluye recorrido por la casa, vertientes y una colación tradicional, para que endulce la relatoría. El tope es en el parque de La Recoleta.