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En Las Aulas
12 de febrero de 2021 17:25

479 años de la llegada al inmenso río Amazonas

Placa del río Amazonas en el Centro Histórico de Quito. Foto: Archivo / ÚN

Placa del río Amazonas en el Centro Histórico de Quito. Foto: Archivo / ÚN

Redacción En las Aulas (I)

La idea nació en Quito. En enero de 1541 Gonzalo Pizarro, cumpliendo órdenes de su hermano Francisco que estaba en Lima, empezó los preparativos para una expedición que iría a buscar el País de la Canela y El Dorado, lugares que algunos indígenas quiteños habían inventado (los mismos que, al principio, estuvieron aliados con los españoles contra los Incas del Perú, pero después se cansaron de su ambición por el oro).

Gonzalo Pizarro invitó a la expedición a Gonzalo Díaz de Pineda, quien ya había estado en el Oriente, y había establecido algunas poblaciones allá. Llamó también al religioso Gaspar de Carvajal y a un conquistador español que estaba en Guayaquil: Francisco de Orellana.

Pizarro no esperó la llegada de Orellana e inició la marcha hacia la cordillera oriental, dejando recado para encontrarse con Orellana en las faldas del volcán Sumaco, descubierto antes por Díaz de Pineda. La expedición constaba de 220 españoles, 4 000 indios, 4 000 llamas cargadas, 2 000 chanchos,
2 000 perros de cacería y bastantes caballos de repuesto.

A mediados de marzo, luego de una larga marcha en la que combatió con varias tribus que aparecían durante su marcha, Orellana alcanzó a Pizarro en Sumaco.

Juntos aguantaron un terremoto que aterró a todos. Cruzando agitados ríos y escapando de los ataques de los pueblos por donde pasaba, de los grandes mamíferos de la selva y de los pequeños insectos, murieron muchísimos de los expedicionarios.

Más de 10 meses los caminaron perdidos en la inmensa selva y algunos sobrevivieron a las enfermedades tropicales. Los que más murieron fueron los indígenas. Casi al borde del agotamiento, llegaron a las orillas de un caudaloso río de aguas agitadas. Era el río Coca.

Los expedicionarios construyeron una pequeña embarcación para continuar su viaje por el río. A este barco pusieron el nombre de San Pedro, patrono de los pescadores. A bordo de ella navegaron varios días hasta que llegaron a la unión de los ríos Coca y Napo.

Entonces, y considerando que ya no tenían alimentos y que hasta los caballos y perros habían sido devorados con gran apetito para poder saciar su hambre, resolvieron que Orellana continuaría río abajo en busca de alimentos, mientras Pizarro esperaría su regreso en las riberas del Napo: Acordaron que la expedición de Orellana no se extendería a más de 12 días.

El 26 de diciembre, acompañado por fray Gaspar de Carvajal y aproximadamente 60 expedicionarios, entre españoles e indios, Orellana bajó por el río Napo. Varios días después llegó al río Curaray sin poder encontrar alimentos, y cuando se propuso regresar, la fuerte corriente del río se lo impidió y sus compañeros se opusieron terminantemente, amenazando desobediencia y motín. Decidió continuar.

Navegaron más de un mes por la fuerza de la corriente, hasta que finalmente, el 12 de Febrero de 1542 el río Napo desembocó en un río más ancho que todos los ríos que habían conocido antes.

Mientras continuaban navegando hacia el mar, el 24 de junio fueron atacados por la tribu de las Icamiabas, mujeres guerreras, por lo cual Orellana le dio el nombre de Río de las Amazonas (las amazonas en la mitología griega eran mujeres guerreras). El 25 de agosto los expedicionarios llegaron a la desembocadura del inmenso río en el Atlántico.