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2014-10-19 16:34:50

El transporte de Quito

En un día promedio en Quito se hacen 1,2 millones de viajes en buses. 2750 unidades dan este servicio en el que los usuarios reciben malos tratos, corren para abordar las unidades y van parados.

La administración municipal debe revisar las tarifas de los buses y ver el futuro de la construcción del metro. El servicio de buses convencionales requiere de una reorganización.

Handel Guayasamín, urbanista y presidente del Colegio de Arquitectos de Pichincha, cree que el servicio convencional de transporte público masivo funciona como en la selva. Cada conductor actúa según sus intereses.

Estas competencias entre conductores son justificadas por la falta de una reingeniería de las rutas y frecuencias.

José Santamaría, presidente de la Cámara de Transporte del Distrito Metropolitano, señala que de las 62 operadoras que prestan este servicio en la ciudad, la mitad tiene tramos de recorridos similares.Por ejemplo, en la Marín, las avenidas Napo y Pedro Vicente Maldonado se evidencian esta realidad. En la primera zona, según datos de la Cámara de Transporte de Quito, confluyen 1 650 de 2 750 buses que vienen del sur, norte y valles.

Por eso Guayasamín considera que la autoridad debe plantear reglas claras para las operadoras de este servicio. En esta tarea no debe primar los intereses políticos.

La incorporación del Metro demanda también una reorganización de los buses para dar lugar a una red integrada.

El propósito es que los buses, troles, Ecovía y corredores sirvan para cubrir las rutas longitudinales (sur y norte) y transversales (oriente y occidente) y para empatar con este nuevo sistema considerado la columna vertebral.

Por esta razón, Édgar Jácome, exgerente de la Empresa Metro de Quito, menciona que se debe trabajar para que funcione el sistema integrado y cubra la demanda del transporte público masivo.

Si las cosas siguen así, el tránsito en la ciudad será un caos, expresa Jácome. El servicio de transporte masivo convencional no ha tenido cambios radicales.

Por esto, independientemente de que se ejecute el Metro de Quito, se debe empezar a trabajar en este ámbito para hacer más eficiente el servicio.?En un día promedio en Quito se hacen 1,2 millones de desplazamientos en buses convencionales. Hay 2750 unidades que dan este servicio en el que los usuarios reciben malos tratos, corren para abordar las unidades y van parados.

La administración municipal debe revisar las tarifas de los buses y ver el futuro de la construcción del metro. El servicio de buses convencionales requiere de una reorganización.

Handel Guayasamín, urbanista y presidente del Colegio de Arquitectos de Pichincha, cree que el servicio convencional de transporte público masivo funciona como u0093en la selvau0094. Cada conductor actúa según sus intereses. u0093Detiene el tráfico, frena, interrumpe el tránsito para llenarse de pasajeros,y ofrecen un mal serviciou0094. Estas competencias entre conductores es u0091justificadau0092 por la falta de una reingeniería de las rutas y frecuencias.

José Santamaría, presidente de la Cámara de Transporte del Distrito Metropolitano, señala que de las 62 operadoras que prestan este servicio en la ciudad, la mitad tiene tramos de recorridos similares.

u0093Los permisos de operación han sido entregados por las autoridadesu0094. dice. Por ejemplo, en la Marín, las avenidas Napo y Pedro Vicente Maldonado se evidencian esta realidad. En la primera zona, según datos de la Cámara de Transporte de Quito, confluyen 1 650 de 2 750 buses que vienen del sur, norte y valles.

Ante este panorama, Guayasamín considera que la autoridad debe plantear reglas claras para las operadoras de este servicio. En esta tarea no debe primar los intereses políticos. La incorporación del Metro demanda también una reorganización de los buses para dar lugar a una red integrada.

El propósito es que los buses, troles, Ecovía y corredores sirvan para cubrir las rutas longitudinales (sur y norte) y transversales (oriente y occidente) y para empatar con este nuevo sistema considerado la columna vertebral. Por esta razón, Édgar Jácome, exgerente de la Empresa Metro de Quito, menciona que se debe trabajar en este aspecto para que funcione el sistema integrado y cubra la demanda del transporte público masivo.

u0093Si las cosas siguen así, el tránsito en la ciudad será un caosu0094, expresa Jácome. El servicio de transporte masivo convencional no ha tenido cambios radicales. La implementación del Trole, en 1995, demandó el ordenamiento de las rutas aledañas al carril exclusivo. Para la Ecovía y el Corredor Sur Oriental se hizo algo parecido, pero no se intervino integralmente.

En las vías aledañas del Trole, Ecovía, corredores Sur Oriental y Sur Occidental aún circulan buses. Esto genera competencia y tráfico. Las rutas de los buses convencionales no han sido revisadas de manera integral desde hace unos 30 años, según el Observatorio de Movilidad

Por esto, independientemente de que se ejecute el Metro de Quito, se debe empezar a trabajar en este ámbito para hacer más eficiente el servicio, lo sostiene Mario Villagómez, docente y presidente del Observatorio Ciudadano de Movilidad. u0093Antes de construir el Metro o prolongar el Trole se debe resolver los problemas de los buses convencionales.