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2014-04-24 07:22:09

u00a1Para todo el mundo!

Hasta el 2002, clasificarse a una Copa del Mundo representaba una gran quimera nacional. La presencia en este evento deportivo era vista como un hecho lejano, casi irrealizable, tanto que había quienes esperaban no morir antes de ver a la Tri jugando en la élite mundial.

Tras 40 años de espera, ese año se cumplió este anhelo nacional. El objetivo no apareció en el camino, tampoco fue fortuito y no hay que atribuírselo a alguien en particular.

Para simplificar, Ecuador llegó a la Copa del Mundo gracias, especialmente, a la cosecha del único proceso serio y sostenido que la Federación Ecuatoriana de Fútbol ha emprendido en su historia, que empezó en 1988 y terminó en 1993. Pero en cada una de las tres clasificaciones existieron factores coyunturales que tuvieron incidencia decisiva.

Así, en el 2002, resulta imposible obviar la unanimidad que la Selección generó en todo el país, sobre todo después de que el técnico Hernán Darío Gómez fuera víctima de un atentado criminal. En el 2006, la renovación impuesta por Luis Fernando Suárez terminó por calzar perfectamente y recuperó a tiempo la decadencia del nivel futbolístico de la Selección.

Esa viada ayudó a coronar la mejor participación de la Tri en la historia: la del Mundial de Alemania 2006. Y, finalmente, para este 2014 fue vital el sentido de pertenencia del equipo a su feudo, el estadio Atahualpa de Quito, un recinto inviolable para los equipos visitantes. Así, la historia se ha venido escribiendo.

Desde el 2002, la historia del fútbol ecuatoriano cambió en forma dramática, con tres clasificaciones a la Copa del Mundo hecho que hasta entonces era una utopía.

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