Fiesta deportiva ¡Por la paz!
Nadie se cansó por la paz. En la memoria de más de 18 000 corredores nacionales e internacionales perdurará la 58ª edición de la carrera Quito Últimas Noticias 15K como una fiesta deportiva en la que se corrió no solo por los triunfos deportivos o económicos, sino por aquellos objetivos que nacen del clamor por la justicia, la unión y la paz.
Así se vivió la jornada pedestre que se desarrolló el domingo, 3 de junio del 2018, desde las instalaciones de Grupo EL COMERCIO hasta el interior del estadio Olímpico Atahualpa.
A las 07:30, cientos de capitalinos iban llegando a la salida de la carrera. Entre la multitud, estaba William Cabrera, de 49 años. La 15K era su ‘debut’ en las grandes ligas del deporte.
Se preparó diariamente por más de dos meses para alcanzar la meta. Su ímpetu por correr el trayecto -explica- brotó de su preocupación por los actos de violencia en el zona fronteriza con Colombia.
“Creo que el deporte y la lucha pueden fusionarse por un bien común. Me entrené una hora y media todos los días y me movió la entereza de los familiares afectados por el conflicto y por lo que pasa mi país”, afirmó.
A las 08:20, la masa capitalina gritaba ¡Por un país de paz¡, mientras los familiares de Javier Ortega, Efraín Segarra y Paúl Rivas, equipo periodístico de Diario EL COMERCIO, secuestrado y asesinado en la frontera norte por grupos armados, agradecían por el apoyo a los asistentes y los animaban a levantar su voz por la libertad.
Los rostros de Ortega, Segarra y Rivas se ubicaron en grandes fotografías en la línea de meta de la competencia.
Galo Ortega, padre de Javier, se preparó para correr la 15K. Sin embargo, no lo logró, pues su salud se complicó y se sometió a una operación quirúrgica. Descansó cuatro días por la intervención, pero homenajear a sus “tres héroes”, como los llama, lo impulsó a ir. “Estaba muy ilusionado. Tenía 48 años la última vez que participé y hoy era la oportunidad para representarlos. Mi eslogan es ‘Por un país de paz’ y así lo será siempre, ya vendrán nuevas carreras”, contó.
A las 08:30, una decena de globos blancos lanzados al aire marcaron el inicio de la prueba. Cada quien, a su ritmo, recorrió los 15 kilómetros; todos iban impulsados por retos diversos. Hacia el kilómetro 9, grandes pancartas levantaban un mensaje: ‘#JusticiaporMarco, #JusticiaporCuquito’.
Francisco Espín, hermano de Marco Andrés Espín, un joven fotógrafo asesinado el pasado 15 de abril, corrió junto con familiares y amigos de la víctima. “Venimos a levantar nuestra voz para que se haga justicia y no se apoye la impunidad. Sé que ‘Cuquito’, como le decíamos a mi hermano, hubiese estado aquí, esforzándose tal como lo hicimos hoy por él”, sostuvo.
A eso de las 10:40, los carteles de Javier, Paúl y Efraín llegaron a la meta. Cristian Segarra, hijo de Efraín, quien se aventuró a correr su primera 15K, daba sus últimos pasos cuando la multitud se unió en un solo grito. “Por la paz, ¡Nadie se cansa!, ¡Nadie se cansa¡, ¡Nadie se cansa!”, exclamaban familiares y amigos del equipo periodístico. Además, se gritó por los cuatro militares caídos en Mataje y por Óscar Villacís y Katty Velasco, pareja ecuatoriana que sigue secuestrada por grupos irregulares.
Carolina Rivas, hija de Paúl, corrió un tramo corto pero le bastó para llenarse de energía. Al finalizar la carrera, entregó la medalla a Luis Eduardo Bolaños, quien alcanzó el tercer lugar de la categoría silla de ruedas calle. Cristian Segarra premió al segundo lugar y Galo Ortega otorgó la medalla al campeón de la categoría. Se despidieron del escenario no sin antes recordarle al público que, por la paz, ¡nadie se cansa.